Cartas (David Calvo, 1º Premio, I Concurso de Relatos Doña Berenguela)





                            CARTAS


Pese a que es julio, las noches en el desierto son frías. Quinlan ha acercado la manta que le sirve como cama a la hoguera buscando el calor que ofrecen las llamas pero también su vaga luz. La necesita para leer las cartas.
A su alrededor, hay seis hombres durmiendo y un centenar de reses.  Los hombres son cuatreros. Las reses son robadas. Mañana, llegarán al río y cruzarán la frontera con ellas. Un buen negocio, sin duda.

Quinlan saca las cartas del bolsillo de su camisa. Son letras de amor de un hombre al que asesinó y saqueó hace tres días. Desde entonces, las ha leído una y otra vez, memorizando cada palabra, cada frase, enamorándose de un reflejo, de una mujer a la que nunca conocerá. Fantasea con la posibilidad de viajar a Nueva Orleans para decirle "te conozco y te amo". Pero eso nunca ocurrirá. A la mañana siguiente, un grupo de rangers los emboscará y, en el tiroteo, una bala perdida atravesará su corazón.

Más tarde, un ranger registrará su cadáver y encontrará las cartas. Esa noche las leerá por vez primera y ya no podrá dormir obsesionado con esa mujer que espera cartas que nunca llegaran.



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