Un día cualquiera (David Calvo, publicado VIII Concurs de Relats Breus de Diari de Terrassa)

                          

 

                                  UN DIA CUALQUIERA


Tengo grabados todos los programas de “El Encantador de Perros”.
Los he visto varias veces pero sigo sin saber cómo acariciar a mi perro.
Cuando le paso los dedos por la columna, arriba y abajo, lentamente, como enseñan en el programa, se revuelve incómodo, gruñe, se escapa de un salto, ocultándose bajo la mesa. Con un suspiro, le dejo comida y agua y salgo de casa antes de que llegue el autobús de las 7:15. Siempre lo cojo a esa hora.

En el trabajo, alguien comenta algo supuestamente divertido que le ha ocurrido la noche anterior. Se ríen. Los imito. Cuando se quedan serios dejo que mi sonrisa desaparezca. Es más difícil de lo que parece.

Tengo veinte minutos de descanso, pero siempre gasto diecinueve. Creo que es lo correcto. Mientras mastico mi sándwich de queso escucho las conversaciones de las otras mesas. En la Academia, pese a lo que digan los profesores, nunca te preparan para el impacto que supone oír cómo habla la gente en realidad, el tono, cómo entrecortan las frases, los dobles sentidos. Vuelvo al trabajo, mientras limpio las migas que se han quedado pegadas a mi chaleco.

En el autobús de vuelta, reconozco a uno de los míos. Nos miramos y él se lleva dos dedos junto al corazón y tamborilea un mensaje de reconocimiento. Durante unos segundos pienso en no contestar, pero mis años de entrenamiento son más fuerte que mi voluntad y sin querer mis dedos se mueven siguiendo su propio ritmo sobre mi pecho.

Cuando llego a casa, mi perro ha devorado toda su comida. Me pregunto si tendría que ponerle un nombre. Aún no me he decidido por ninguno. A las 21:30 envío mi reporte diario a la nave, invisible, a miles de kilómetros de distancia, más allá de Saturno. Como siempre sólo recibo silencio.

A veces me pregunto si aún hay alguien ahí arriba, si no nos habrán dejado abandonados, solos en este mundo tan extraño. Descarto esa idea absurda y me tumbo en la cama pero ya no me puedo dormir y espero despierto hasta que llega otro día.

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